¡Y POR FIN LLEGÓ! El buen tiempo ya está más que instalado en NUESTRA isla.
Después de tanta nieve, lluvia, frío, viento, días grises, gente con caras largas, ojeras, abrigos feos, ridículos tacones de aguja para caminar sobre el hielo, paraguas empapados y un sinfín de sinónimos de INVIERNO... ¡¡ha salido el sol!!
Como buenas guiris lo primero que hemos hecho ha sido sacar a la luz los hombros, ombligos y hacernos la urgente pedicura para lucir desde ya sandalias. Aprovechamos cualquier tarde o dia libre para coger el coche de Sofía e irnos a pasar el día a OSTRICANI (foto de abajo). Y lo mejor de todo: NI UN ALMA en la playa! Estrenamos la temporada nosotras.
Sí amigos, por fín ha llegado lo que llevamos todo el año esperando, ¡se acerca el VERANO!
Haré un paréntesis de dos semanas en mi caza de sol para irme a pasar las vacaciones de Semana Santa a mis Madriles.
jueves, 14 de abril de 2011
domingo, 10 de abril de 2011
Te perdono, PARÍS
Parec que últimamente la cosa va de viajes. Nos hemos convertido en unas expertas en encontrar vuelos baratos por internet. Recibimos inesperadamente un dinerillo extra de la beca y nos pusimos en plan detectives para encontrar el vuelo más barato que pudiera sacarnos de esta isla.
El destino elegido:
PARÍS
Pasamos 3 noches y 4 días en la ciudad de la luz y podríamos considerarlo como: El viaje.
Yo guardaba cierto con París, no guardo muy buenos recuerdos de mis dos últimas visitas allí y sentía que la ciudad estaba enfadada conmigo, me trataba mal.
Esta escapada con Sofía y Laura me ha servido para hacer las paces con ella. Se ve que vuelvo a gustarle un poco y ha conseguido que la perdone, lo cierto es que "se lo ha currado".
No hubo problemas de alojamiento. Tuvimos la suerte de poder quedarnos en un apartamento justo al ladito de El Arco del Triunfo, así que estábamos perféctamente conctadas con metro, bus y tren para ejercer de turistas a tope y como pueblerinas que somos desde que vivimos en Corte, anduvimos por cada rincón y entremos en cada tienda.
Ya se sabe que sentarse en una terraza en París es para ir con la cartera llena. Si sólo un café au lait te sale por riñón y medio, comer ya ni te cuento. Pero como "una vez al año, no hace daño" y además el tiempo acompañaba pasamos horas sentaditas al sol como tres reinas viendo a los guapísimos parisinos pasar, escuchando conversaciones de la mesa de al lado (ahora que por fin comprendemos el francés).

Anita nos sacó de fiesta (cómo no) y lo que pasara, no pasara, hicimos, fuimos o dejamos de hacer o de ir; se queda allí...
Nos veremos antes de lo que ambas pensamos, espero, y eso va por mi prima y por París.
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