Parec que últimamente la cosa va de viajes. Nos hemos convertido en unas expertas en encontrar vuelos baratos por internet. Recibimos inesperadamente un dinerillo extra de la beca y nos pusimos en plan detectives para encontrar el vuelo más barato que pudiera sacarnos de esta isla.
El destino elegido:
PARÍS
Pasamos 3 noches y 4 días en la ciudad de la luz y podríamos considerarlo como: El viaje.
Yo guardaba cierto con París, no guardo muy buenos recuerdos de mis dos últimas visitas allí y sentía que la ciudad estaba enfadada conmigo, me trataba mal.
Esta escapada con Sofía y Laura me ha servido para hacer las paces con ella. Se ve que vuelvo a gustarle un poco y ha conseguido que la perdone, lo cierto es que "se lo ha currado".
No hubo problemas de alojamiento. Tuvimos la suerte de poder quedarnos en un apartamento justo al ladito de El Arco del Triunfo, así que estábamos perféctamente conctadas con metro, bus y tren para ejercer de turistas a tope y como pueblerinas que somos desde que vivimos en Corte, anduvimos por cada rincón y entremos en cada tienda.
Ya se sabe que sentarse en una terraza en París es para ir con la cartera llena. Si sólo un café au lait te sale por riñón y medio, comer ya ni te cuento. Pero como "una vez al año, no hace daño" y además el tiempo acompañaba pasamos horas sentaditas al sol como tres reinas viendo a los guapísimos parisinos pasar, escuchando conversaciones de la mesa de al lado (ahora que por fin comprendemos el francés).

Anita nos sacó de fiesta (cómo no) y lo que pasara, no pasara, hicimos, fuimos o dejamos de hacer o de ir; se queda allí...
Nos veremos antes de lo que ambas pensamos, espero, y eso va por mi prima y por París.
No hay comentarios:
Publicar un comentario